Parque Natural Chicaque - Norma Alexandra Hernández Oliveros

Un día maravilloso

En el año 2019 justo en el parque Natural Chicaque aproximadamente a las 7:20 am inicio una gran aventura, después de sembrar algunos  árboles continuamos caminando en el parque junto con Nelly (la ingeniera forestal del parque) y Rafael (voluntario), nos dirigimos hacia laguna, un lugar bello donde se pueden observar las libélulas volar, respirar un aire fresco y sentir la bruma mezclándose con el sudor mientras bajas por un camino de trocha y los pies utilizan toda su fuerza para no resbalar en el suelo húmedo y de fangal.  El  momento más divertido fue cuando tuvimos que vestirnos con el traje de “minions”, un overol de color amarillo que se encontraba detrás de un árbol, cubierto con un plástico negro para que los insectos no se escondieran en la dotación del trabajo, pero aun así nos encontrábamos con la sorpresa de ver babosas, arañas y hormigas dentro de los trajes, aquellos que tenían la función de protegernos del agua y permitían que nos pudiéramos desplazar a lo más profundo sin mojarnos. Luego de limpiar el marisma  nos dirigimos al camino que conduce al H2O para cortar la maleza la cual no permitía que el agua fluyera libremente, al finalizar las anteriores actividades regresamos al refugio (hospedaje del parque), al subir la montaña teníamos la oportunidad admirar las mariposas alas de cristal, insectos de colores metalizados maravillosos, hongos de formas y tamaños muy particulares. Cuando llegamos al refugio solicitamos el almuerzo, mientras estaba listo nos dirigimos a la zona camping a descansar, a la 1 pm regresamos al hospedaje a bañarnos, almorzamos y hablamos de nuestras experiencias de vida extrañas con unos extranjeros.

Al llegar la noche nos reunimos con los voluntarios del parque, los trabajadores y los paramédicos del mismo, cenamos y cuando ya habíamos terminado de comer decidimos jugar “Uno” entre otros pasa tiempos, mientras escuchábamos cantar en vivo a dos músicos, al terminar nos dirigimos a la fogata cerca de la zona camping, luego dos estudiantes de la Universidad de los Andes nos invitaron a colocar una malla al lado de una quebrada para atrapar murciélagos, con el objetivo de tomar datos de la especies y de su alimentación ya que hacia parte del trabajo de grado de uno de los estudiantes, al terminar de organizar lo necesario para el estudio de estos animales, esperamos una hora mientras comíamos malvaviscos alrededor de la fogata, al pasar el tiempo nos dirigimos hacia la red nuevamente, donde encontramos siete murciélagos atrapados en aquella delgada y delicada telaraña de tela, luego me acerque a desenredar cuidadosamente a un mamífero mientras uno de los estudiantes me dijo en voz alta ¡Ojo te muerde! En ese momento logre asustarme un poco pero continúe soltando al animal, mientras Nelly sostenía unas bolsas de tela para meter a los murciélagos ya que si no hubiese sido así podrían sufrir de hipotermia y morir. Al terminar de organizar todo llevamos los quirópteros al refugio para pesarlos, fue en ese momento en que tuve una cercanía con los murciélagos y supe la gran importancia que ejercen en el ecosistema, lo delicadas que son sus alas y lo suave que es su pelaje. Luego tome la foto y liberamos a los murciélagos, quienes duraron unos minutos trepados a una rama de un árbol para ubicar su hogar por medio de ondas sonoras. Luego terminamos la noche escuchando el cantar de las luciérnagas, al frente de la fogata y una vista maravillosa.

      


    


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