El Eterno Retorno

El eterno retorno.

Por Juliette Viviana Toro Godoy

Zorro (1911) de  Franz Marc.  

Cierto día un zorro tomó camino por el bosque, emprendiendo la búsqueda de algo que se agitaba en el aire y en su interior, se preguntaba acerca de todo, todo era nuevo, se sentía muy feliz porque estaba aprendiendo sobre su mundo, pero al pasar el tiempo,
se encontró con un árbol viejo que yacía caído, exhorto lo contempló, monumental, viejo y sabio, un sonido entre las ramas y un olor a nuez delató a una ardilla que juntaba provisiones, -¡qué ha ocurrido a este gigante?- preguntó el zorro al tierno y tembloroso ser recolector. La ardilla le contó que el fuerte roble había sido atacado por un hongo y que en poco tiempo se debilitó y cayó. El zorro miró alrededor y vio que gracias a ese claro que se había formado en  bosque producto de la caída de ese gigante, nuevas plantas crecían, eran retoños de él mismo. Comprendió que cada vez que algo muere en el bosque da paso a nueva vida. Entonces dirigió la mirada a su ser, y se percató cómo su una vez brillante y hermoso pelaje se desprendía, en su interior también sintió un pensamiento extraño, comprendió que su ciclo continuaría de otra manera, sería parte del bosque nuevamente. 

El Zorro despertó y vio que estaba estudiando sentado en un puesto de la Universidad Pedagógica Nacional, recibiendo clase de docencia, entonces levantó la mirada, y agradeció un nuevo comienzo.