UNA TORMENTA INESPERADA - NORMA ALEXANDRA HERNANDEZ OLIVEROS


UNA TORMENTA INESPERADA



Hace mucho tiempo atrás existió una pareja de pingüinos emperadores que se amaban infinitamente con locura, eran el complemento perfecto, como lo son las teclas de un piano, las cuales depende una de la otra para llegar a hacer melodía, ellos al estar juntos sentían que el tiempo se detenía y en ese momento todo era perfecto, hasta que en un momento dado sus padres estaban en contra de que su relación fuera para siempre, ya que los dos apenas iniciaban su vida, por tal motivo Adelia y Papú decidieron tomar un rumbo juntos fuera de la manada, así que en la noche planearon su escape sin que los pingüinos rey se dieran cuenta, al llegar el amanecer que de hecho estaba un poco oscuro ya que se veía venir una tormenta, iniciaron su escape para llegar a encontrar la felicidad sin presiones, sin tormentos, sin pingüinos que juzgarán su romance. Después de haber pasado horas nadando contra las olas del mar, llegaron a un lugar que aparentemente se veía seguro, así que al tocar la nieve con sus patas se miraron fijamente, acercaron sus picos uno al otro lentamente y con lágrimas en los ojos, se dijeron en voz baja ¡Lo logramos! ¡Lo logramos!
 Al llegar la noche Adelia y Papú decidieron descansar un poco en una cueva que se encontraba en ese lugar que para ellos era su nuevo hogar, sin llegar a imaginar por todo lo que tendrían que pasar desde ese momento en adelante.
Pasaron los minutos, las horas, los días y los meses y ellos sentían que su amor era cada vez más fuerte, amor que más a delante tendrían que demostrar no solo en los momentos felices y buenos sino que de igual forma en los momentos de dificultad, de crisis y en los momentos más desagradables de la vida.

Un día que parecía normal Adelia no se sentía bien así que Papú llamo rápidamente al doctor morsa quien rápidamente la examino, dando como resultado en los exámenes que Adelia estaba por dar a luz un huevo, en ese momento Papú dijo muy feliz ¡Vamos hacer papas! ¡Tendremos un pingüino! Sin haber terminado de leer el examen, así que el doctor morsa le pregunto ¿ya tomaste una decisión? y Papú sin tener claridad de lo que le estaba preguntando le respondió hablas del nombre ¿verdad?, inmediatamente el doctor morsa con una cara de preocupación y tristeza le dijo ¿leíste los exámenes médicos completos?... Papú sin entender muy bien el gesto que reflejaba el doctor se fue a buscar los exámenes para leerlos; lentamente después de haber terminado de leer los exámenes entro en una tristeza profunda, en ese momento sintió que su mundo se derrumbaba poco a poco, así como se derrumba un castillo hecho con cartas de una baraja. En ese momento llego el doctor e intento calmarlo y rápidamente lo llevo con él a ver a su amada, quien abrió los ojos lentamente  diciendo “quiero que seas lo primero que vea cuando abra mis ojos” y cerro sus ojos nuevamente. Papú con lágrimas en los ojos salió de la cueva hablar con el doctor morsa iniciando su conversación diciendo doctor esta decisión la pongo en sus manos, no es fácil para mi tener que decidir entre la vida y la muerte de dos seres que amo. Luego de haber dicho esto, el doctor morsa se dirigió a la cueva, mientras tanto Papú salió a buscar alimento en otro lugar fuera de su hogar ya que donde habitualmente pescaba hubo presencia humana lo cual ocasiono la escases de alimento. Después de reflexionar e  imaginarse una vida sin su complemento Adelia y su huevito tomo la decisión de seguir su camino y conseguir un pez muy grande para sorprender a su amada y más preciado tesoro.
Al llegar nuevamente a la cueva y habiendo cumplido su expectativa salió el doctor morsa con una cara de suspenso diciendo… no puedo explicar lo que acaba de pasar, es mejor que usted Señor Papú lo vea con sus propios ojos, Papú al escuchar esto se deslizo por la nieve para llegar más rápido y al llegar se encontró con una capa de nieve con sangre e inmediatamente comenzó a llorar, de sus ojos caían gotas de agua sin parar una tras de otra, cuando de pronto empezó a escuchar ruidos extraños, así que se levantó de la nieve y fue allí en aquel rincón en donde su amada le había dicho tan bellas palabras donde se cumplió el deseo de su bella e inigualable Adelia, el abrir los ojos nuevamente y encontrarse con el pingüino que la llenaba de felicidad y adicional a eso tener a su lado un fruto de ese gran amor.
FIN


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